Son ondas acústicas que llevan trenes energéticos a una determinada zona afectada, sobretodo en puntos álgidos y situaciones en todos sus estadios. Esta energía atraviesa a modo de proyectil el cabezal, generada por aire comprimido, disolviendo así calcificaciones o lesiones inflamatorias y aliviando el dolor crónico. En estética, son empleadas para la terapéutica de patologías que requieren un aumento de la circulación sanguínea (celulitis) y la formación y reestructuración de las fibras de colágeno (flacidez).
Son ondas acústicas que llevan trenes energéticos a una determinada zona afectada, sobretodo en puntos álgidos y situaciones en todos sus estadios. Esta energía atraviesa a modo de proyectil el cabezal, generada por aire comprimido, aumento de la circulación sanguínea y la formación y reestructuración de las fibras de colágeno.
Los tratamientos de ondas de choque no duran más de 30 minutos por zona. Dependiendo la zona, este tiempo puede ser menor o mayor. Como regla general y atento a los resultados buscados y esperados, en estética corporal son necesarias entre 8 y 10 sesiones.
Después de las sesiones de ondas de choque, se recomienda a los pacientes que eviten practicar ejercicio físico durante las siguientes 48 horas, especialmente aquel que afecte o involucre a la zona tratada. Algunas personas pueden presentar ligeros dolores tras la sesión, que remite en un lapso de 2 a 4 horas.